Sus olivares se encuentran enclavados en el Valle del Alto Guadalquivir, entre las Sierras de Cazorla y Mágina, en esta tierra se encuentran los olivos familiares que conforman una bella finca de regadío de la que recolectamos las aceitunas con las que elaboramos el aceite virgen extra de la más alta calidad de variedades clásicas como Picual, Arbequina y Royal. Desde el minucioso cuidado de los árboles, hasta el momento en el que el aceite llega al punto de venta en más de 40 países de todo el mundo, en Castillo de Canena controlan todo el proceso de elaboración, y este seguimiento el que les diferencia.
Prueba de la calidad de sus AOVEs son los premios y reonocimientos que año tras año las guías más prestigiosas de Aceite de Oliva Virgen Extra del mundo colocan en primera posición con las máximas puntuaciones sus aceites.